¿Quién se puede resistir a un plato de delicias de mar? Ostras, percebes, gambas, almejas, cigalas.. Los mariscos son los reyes de las celebraciones por el contraste de sabores deliciosos y por ser fuente de salud gracias a las vitaminas y minerales. Salud y placer gastronómico convergen en el menú en el que solo hay que añadir una botella fría de vino blanco Blume Sauvignon Blanc para brindar por los buenos momentos.
En España, disfrutamos de excelente marisco procedente de las diferentes latitudes de nuestro país: en el Norte podemos encontrar los mejores mariscos de concha como los centollos, las nécoras o las ostras. En el Sur tenemos coquinas, los langostinos tigres de Sanlúcar, el camarón malagueño y en Levante la gamba roja de Dénia o las angulas del Delta del Ebro. Son solo ejemplos, pero podríamos ir pueblo a pueblo de nuestro litoral mencionando una especialidad y una receta para cocinarlos.
Manjares del mar que en la mesa nos invitan a un festival de sabores para darnos un capricho los días más especiales. Y para acompañar estas delicias os recomendamos elegir un vino blanco ligero que permita resaltar la esencia marina de los platos, como es Blume Sauvignon Blanc. La variedad de uva con la que está elaborado este vino resalta los sabores suaves y delicados y destacan sus toques salinos.
Blume Sauvignon Blanc es el vino más cosmopolita de la gama Blume. La variedad Sauvignon Blanc es de origen francés y debe su nombre a sus características: salvaje y blanca (sauvage y blanc). Su fácil adaptación y cultivo a la zona de la DO Rueda le aporta una estructura fresca, con aromas cítricos y excelente acidez.
Una combinación armoniosa entre lo mejor del mar y de la viña. Todo ello presentado de forma atractiva en vistosos platos, fuentes y cuencos y servido en copas de cristal que dan prestancia a la mesa. Pequeños detalles que nos invitan a brindar por los buenos momentos.
¡Salud con Blume!